Ibrahimovic, el nuevo caníbal

En la década de los 70 un ciclista belga, Eddy Merckx, campaba a sus anchas por las carreteras de media Europa. Su sed de triunfos era tal que sus rivales y compañeros le apodaban el Ogro de Tervueren o el Caníbal. Hoy ese calificativo bien se puede servir para denominar al atacante sueco.


La trayectoria de Zlatan Ibrahimovic es de sobra conocida... y su personalidad también. A sus 32 años parece haber encontrado el club adecuado en París, después de un paso por Milán, Barcelona, Turín o Amsterdam, salpicado por multitud de incidentes que no han dejado alcanzar su tope a este atacante de 1,95.

En un equipo hecho a base de talonario, el sueco ha encontrado a los aliados idóneos para dar el máximo. Sus números son brutales. En esta temporada suma 45 partidos, 45 goles y 17 asistencias. En total suma 3716 minutos, lo que hace una media de 82 minutos por encuentro. Lo juega todo y aún quiere más. Ibra no entiende de rotaciones y si no es por lesión o sanción siempre es de la partida. Marca goles, pero también los da y de ello se aprovechan jugadores como Cavani, Lavezzi o Lucas.

Hasta el momento no parece resentirse de la tremenda acumulación de partidos. Es más parece que cuanto más juega, mejor está. Laurente Blanc, su entrenador en el PSG, ha destacado su profesionalidad y sus ganas de trabajar. El galo también reconoce que a veces tiene sus momentos malos, pero asegura que conoce futbolistas más difíciles de tratar.

Con estos ingredientes Zlatan Ibrahimovic está en el momento adecuado para guiar a su equipo a la conquista de la Champions League. No se si en el futuro el sueco podrá volver a conseguir un estado de forma similar. Por desgracia, en la fiesta del fútbol que será el próximo Mundial nos quedaremos con las ganas de ver su fútbol.



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